La alimentación es la actividad mediante la que tomamos del mundo exterior una serie de sustancias necesarias para poder nutrirnos.
Una alimentación correcta deberá ser: Completa: que tenga todos los nutrientes, incluyendo en todas las comidas los tres grupos esenciales de alimentos: cereales y tubérculos, verduras y frutas y leguminosas y alimentos de origen animal1. Equilibrada: es decir que los nutrientes guarden las proporciones adecuadas y sean suficientes para cubrir con las necesidades nutricionales1. Inocua: que su consumo habitual no implique riesgos para la salud, que se consuma con mesura y no aporte cantidades excesivas de ningún componente o nutriente. Suficiente: que cubra las necesidades de todos los nutrientes de manera que se tenga una buena nutrición, un peso saludable y, en el caso de los niños, que crezcan y se desarrollen de una manera correcta1. Variada: que de una comida a otra se incluya alimentos diferentes de cada grupo. Adecuada: que esté acorde con los gustos y la cultura de quien la consume.